La zona 0, el hábitat.
La Yurta es una bioconstrucción inspirada en las yurtas originales de Mongolia, construida con madera, lana de oveja, tela y celulosa.
Hemos hecho un diseño bioclimático que nos permite aprovechar los recursos naturales (sol, vegetación, vientos…) para reducir los impactos ambientales y los consumos de energía, así como para ganar confort y calidad de vida. Hemos diseñado un hogar sostenible, con un impacto mínimo
en el entorno, totalmente confortable y una estética muy cuidada. Es una muestra de que el confor y la estética no están reñidas con la Permacultura.
Los ventanales están orientados al sur para aprovechar al máximo la radiación solar en invierno y recibir menos radiación directa en verano. Además, empleamos estructuras naturales de hoja caduca para sombrear la zona sur de la yurta en verano y permitir el paso de los rayos solares en invierno cuando pierden la hoja. Las demás ventanas, junto con la cúpula, han sido colocadas de forma que permitan una circulación constante de aire, asegurando así una ventilación que facilite el confort térmico en verano. El aislante de lana de oveja, en este caso, será la masa térmica que almacene y libere calor en invierno.
La Yurta es una casa metabólica, ya que toda la materia orgánica que entra en ella, sale convertida en forma de recurso para la finca. Para que esto sea posible, hemos diseñado por un lado, el SIP (Sistema de Infiltración de Agua en el Paisaje) que nos permite utilizar las aguas grises y amarillas que salen de la Yurta para regar el bosque comestible. Por otro lado, se ha realizado el diseño de un sistema complejo de compostaje en el que intervienen gallinas, lombrices y compostaje lento. Por último, hemos realizado un diseño de baño seco.
