La gestión del agua es uno de los principales retos en un proyecto de permacultura. En la finca, aparte del agua proveniente de la red, disponemos de un sistema de acequias por las que entra el agua para el riego. Ante la necesidad de poder almacenar parte de esta agua para el riego en el huerto, decidimos construir un biolago. De esta forma, también incluimos una gran zona húmeda en la finca, un elemento clave para la biodiversidad y la regulación climática del ecosistema.
Este biolago está conectado con la entrada de agua de la acequia, de tal forma que se puede rellenar con cierta frecuencia. Mediante plantas acuáticas depuradoras y una bomba de oxigenación, podemos evitar la proliferación de algas y degradación del agua. Mediante una bomba solar conectada al sistema de riego por goteo, podremos cubrir nuestras necesidades de riego en el huerto de forma controlada sin emplear agua de la red. En el centro del huerto hemos hecho un biotopo con una antigua rueda de tractor. El biotopo nos ayuda a atraer fauna auxiliar (abejas y otros insectos, ranas, pájaros, etc.) que nos ayudará a controlar posibles plagas en el huerto.